Muy grata sorpresa de una de esos archivos que te los ves ahí, sin ganas, que cada vez que posas los ojos por su nombre te da pereza empezar, pues toma, estuvo entretenida.
Ellos se conocen en la mesa de poker de un pequeño casino, Ryan, ante la suerte y la demanda de un whisky de Ben, decide aconsejarlo sobre un brebaje de mayor calidad, de hecho, se lo pide. Inquieto ante tal gesto, Ben sigue con su racha, pero riendole bromas a su nuevo colega. Luego unas birras en un bar, para terminar borrachos jugando dardos, como si fueran amigos de toda la vida.
Pero al otro día la cruda realidad, el monótono trabajo, que baja a cero las emociones vividas recientemente.
La noche anterior, entre pitos y flautas, Ryan le había confesado un sueño que quería hacer realidad, que consistía en ir de casino, en casino (pasando por esas mesas ilegales que tanto les gustan a los jugadores muy viciados) hasta un gran premio que se celebra allá lejos, en New Orleans.
Se ponen en marcha, y como todos ya sabemos, nada es fácil, y mucho menos con gente que tiene este gran problema, lo único bueno de esta road-movie es que cada tanto repiten aquella frase de Keroac de la importancia del camino, no del destino, y la sigues viendo, y la seguirías viendo si no terminara.
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TRAILER
Puntos: 4,5 Micks
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