miércoles, 4 de marzo de 2009

un relato

empezar el viaje por atrás, más facil para la memoria

Nos saludamos como de costumbre, con el cariño a flor de piel y la lagrima prisionera de los estatutos...

Lo que quería era además de agradeceros el aventón, explicarles el recorrido hasta el sábado a la noche a modo de monologo...

13 y pico nos saludamos
Paso un control de tarjetas de embarque, aquella cola donde me dejaron
Para minutos mas tardes cruzarme con otra cola de igual tamaño para que vean que vean que uno no lleva ni metales ni sustancias peligrosas, pasado el umbral ese, me detiene una “amable” señorita que por la parte superior de su seno se podía leer PFA (no confundirse no es la sigla de Persona Familiarmente Amable) era Poli, me dice que el paraguas tiene punta de metal y no lo puedo subir... como le vas a decir a un canalla esto, pensaba por dentro...le pregunte con mi cortesía de que manera podía subsanar este importunio, y me recomendó volver todas las colas para atrás hasta llegar al mostrador de Iberia y embarcarlo, a lo que yo evaluando le pregunto si luego tendría que volver a pasar por toda aquella peripecia... me dijo que salga, que me ponían un sello, y que cuando volviera la ubicara a ella, perfecto.
Manos a la obra, como el salmón río arriba fui en busca de que mi amado artilugio tuviera sitio en un frío almacén que cruzaría el océano junto a mi
Llego al control de tarjeta de embarque, me ponen el sello y con mis dos bolsos a cuesta como tetas de negra africana voy corriendo hasta el último mostrador, el de la compañía seleccionada para este transoceánico evento.
Llego y la estaban cerrando, le pido que por favor me lo embarque, con ganas y servicio a la argentina (regañadientes) me pega la etiqueta y el artefacto se encamina a una cinta para desaparecer de mi vista.
Paso importante completado, ahora volver con la frente sudadita.
Por 3ª vez llego al punto de control de tarjetas de embarque, sin hacer colas y notando que gente opinaba que me estaba colando, oídos sordos y a encarar la otra cola, en esa otra me quieren hacer un tacle como los de Pichot, me escurro y escucho un poco mas fuerte “Colado” (en mi nuevo diccionario eso significa enamorado, pero creo que se referían a saltarse las normas)
Llego a la meta y ubico a la poli, que entre tu y yo, me parecían todas las negritas iguales con ese pelo recogido, me hace el favor de cumplir el pacto y paso.
Creyendo que solo me faltaba comprar tabaco y licor en el duty free me cruzo con otra sorpresa, UNA COLA MAS, hay que dejar el ticket del impuesto a irse de ese gentil pais, cola y turnos con numero, bue, van pasando como los minutos, luego de este tramite tan complicado que constaba de darle en mano un ticket y nada mas.... me queda pasar por otro garito donde me ponían el tan preciado sello de despedida que acredita que no me pase ni un solo día de los 90 que me prestaban.
No es que no llegue al duty free, es casi no llego al vuelo!!! Y además me estaba meando!
Elijo la vejiga y salvar los pulmones de los compromisos ibéricos, y me preparo para subir a semejante hueste de metal, a todo esto me había olvidado que tenia una resaca de la madre de haberme acostado a las 6, una hora antes de que el coche pasará por mi, y sin un solo peso...Madame es una disco muy complicada para lograr escapar de sus garras sin mareos y con efectivo, no me pregunten ni quien pago el taxi o me llevo alguien a casa? Ni quien pago los hermosos bizcochos de Los Alpes, que pude hincarle los dientes solo a dos.
Llego al a mi ubicación, pero escucho que gente se queja, una italiana parada en medio del pasillo intenta chantajearme diciendo que le tocaba pasillo, a lo que le respondo que “io capito, pero que esta equivocada”, viene una miniatura de Armani, bronce y canas, y me dice que porfavore le cambie la ubicacione ya que la ragazza viaja junto a otro de la famiglia, le dije que no tenia problemas en cambiar de asiento siempre y cuando mis equipajes de mano estuvieran arriba mío en la nueva butaca.
El tano lo comprueba y procedemos a hacer el enroque.
Me siento, saludo a mis nuevos compañeros, muy majos ellos, me relajo y de repente... una sombra cae sobre la cabeza de la persona de adelante!
Era mi bolsito mas pequeño! El que traía los alfajores santafecinos!!!! Pobre la tía no entendía como llovía dentro del avión mientras se tocaba el chichón que le afloraba.
Miro para ver quien había sido el desafortunado que me lo había tirado y cuando giro el cuello me encuentro al pseudoGiorgio con una sonrisa de idiota para romperle los dientes...la vena que recorre el costado de mi nuez se inflamo y me puse rojo de rabia, de mi boca contenida salio un hermoso y calido “la re concha de tu madre tano de mierda” el tipo no pidió ni disculpas ni nada, mi ebriedad se hizo a un costado y noto que ahora los tres vecinos de suiza estaban sentados detrás mío!
Me aprovecho de las nuevas comodidades del boing y me encierro la cabeza entre dos almohadas me tapo con la mantita que hoy esta en el sofa de casa, y me propongo dormir, lográndolo de tal manera que me han tenido que pegar un lindo empujón para darme de comer, luego como los bebes... dormir otra vez, creo que fue el viaje que mas descanse.
Al llegar puntual a Madrid, me di cuenta que el centralismo también se muestra en los aeropuertos, el Gate de BCN quedaba en último, último, último rincón del aeropuerto... maldita puerta R.
Ya en Barcelona, adaptándome al fresquito y el gris invernal que nos rodeaba, me doy cuenta que mi maleta esta en mi mano pero el paraguas no.
Hago una travesía de 10 cintas hasta llegar al sitio de los reclamos y le expongo mi problema, repitiéndolo 2 veces ya que creo que no entendían que uno deseara tanto tal simple objeto.
El hombre con cara de trabajador en Sábado se asomo hasta el caucho por donde tenia que salir y lo encontró del otro lado, en ese mismo momento de felicidad, me suena el móvil, mi prima invitándome a su cumple en Girona, y cuando uno tiene debilidad...
Cogi el tren me dejo en mi parada, sin escaleras mecánicas, con los bártulos a cuesta llegue a casa. Ducha. Clot, una hora sobre vías... llegue puntual, como siempre.
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