Sicko

No la había visto, luego de la excelente “Bowling for Columbine”  y de “Fahrenheit 9/11” se hizo una pelota tan grande como la panza del director sobre lo bueno que era, lo genio que era y tal, que decidí hacerme a un lado del pelotón de seguidores que había conseguido con estas dos últimas realizaciones.

El otro día, de casualidad pasaban esta en TV pública, y nos pusimos a verla.

Realmente es muy grande, muestra como los yanquis tienen lavado el cerebro a niveles altísimos, es como que viven en la burbuja que les dicen que vivan y que después de eso no hay nada más, por tanto, si no saben que en el resto del mundo existe la seguridad social, o los hospitales gratuitos, pagados por los impuestos de todos los ciudadanos, como se van a quejar? Para esto, Michael Moore sale en principio al vecino Canadá y se sorprende de lo poco que pagan en las farmacias o que los estudios oncológicos están incluidos en la medicina general. Contrastando esto se va a Londres y luego a Francia, y es lo mismo. Al volver a su “querido” país se da cuenta que los presos de Guantánamo están más cubiertos que el resto de estadounidenses, por tanto se lleva un par de barcos a la isla para que los atiendan ahí, les hacen caso omiso. La estocada final es cuando llega con el grupo de enfermos a la Habana y los atienden sin ningún problema, gratuitamente y sin rencor, es más, casi con honores, ya que son los famosos “héroes” que rescataron a las victimas del 11-S. Sin comentarios. Durísimo palo.

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Dirige y molesta: Michael Moore

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