No tendría que haber esperado al tercer capitulo para darme cuenta de que
esta serie iba a ser buena. Al primer segundo, cuando aparece ese sonido tan característico,
el que espero encontrarme cuando suba ahí arriba y conozca a Dios, ese que hace
a los adictos reconocer que se trata de HBO a la legua, en ese instante ya
tendría que haberme hecho fan.
La obra trata de lo que ocurre en Deadwood un pueblucho recién montado que
tiene más bares que casas, que su principal misión es que la gente se gaste el
oro que va sacando en las excavaciones,
que sus calles no son más que lodo, y que la inteligente TV nos deja
oler el orín que emanan los escupideros a que a menudo vemos utilizar.
En ese paraje confluyen almas perdidas, buscadores, solitarios, borrachos,
apostadores y putas, entre otras hierbas, y están sumergidos en pleno proceso
de construcción de América (odio decirle asi a Estados Unidos), la ley de la
abolición de la esclavitud esta recién salida del horno, pero los negros,
chinos y chaquetas grises, además de indios, no caminan tranquilos.
Si bien destaca un héroe, creo que el verdadero protagonista es justamente
el contrario, el dueño del bar y no el sheriff, el que tiene claro que hace ahí
y para que, y no los recién aterrizados, ese conocimiento lo convertirá en
voraz carnívoro de todo lo que le perjudique el margen de un céntimo.
Verla. Sin duda.
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TRAILEr
Se embarran: Timothy Olyphant, Ian McShane, Molly Parker, John Hawkes, Keith Carradine, Robin Weigert
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