Contra dictorio

Llegó la hora. Como era de esperar, lo mejor se empieza a cobrar, es tan ingenioso como subir el IVA  en tiempos de crisis o en bajar los sueldos para “motivar” y luego, con los bolsillos más gorditos, descentralizar, deslocalizar la empresa. De la misma y vergonzosa forma La Vanguardia a partir de ayer, bloquea “la Contra”  y la deja en manos de los que tienen suscripción. Aplausos al genio de marketing.

Tampoco es para tanto- dirán algunos, y otros pensarán, como mi amigo Denzel y yo hacemos, que las mejores entrevistas eran esas que te dejaban una enseñanza de vida, pero que “casualmente” coincidía con señores sexagenarios que ya estaban de vuelta. Concluíamos entonces, que estaría bien que hagan cada tanto una de estas a gente joven, que te haga sumar, que se pueda equivocar, y que con sus fuerzas saque algún resto de la tuya (el fuaaa) para dar ese paso que no damos, para brotar esa idea que es semilla.

Por supuesto que criticar es gratuito, por supuesto que algunas estuvieron muy bien mientras nos acompañaron, pero, se pusieron a pensar estos gurús de escuelas privadas que hay gente que no tiene para el café, y no puede salir a leer el periódico a un bar? O que solo pilla con su móvil con contrato @20pesitos un lerdo Wifi en una plaza y se daba el lujo de gastar esa velocidad de procesador en estas notas esperando que soleen su día. Y que me dicen de aquellos que han pasado por aquí, la han conocido y ahora forma parte de sus días lejos de la condal. Ellos dirán, pues que no la lean, o paguen un plan mensual. Por tanto el resultado será: la no lectura.

Me gustaría que den una explicación sobre este hecho de la misma forma que ahora le piden a Brasil que hable sobre lo que quieren hacer con sus Amazonas, para que alguno tenga los huevos que tuvo Chico Buarque de callarnos la boca, a los que como siempre, gratuitamente, denostamos. Luego podrán seguir cobrando al son que se quema la selva, pero todos quedaremos complacidos de ser respondidos.