Para mi
cumpleaños me regalaron un libro, no fue la sorpresa por este objeto sino por
quien me lo presentó. Pepo.
Además
de venir (como en otras ocasiones) físicamente ese día, me lo dedicó y recomendó.
Que hago
entonces yo? Pues, me reservo un gran momento para atacar este postre. En su
momento había pensado leerlo en el trayecto de vuelta de Madrid, antes de
navidad, pero unos inconvenientes no previstos hicieron que se cambiará la hora
en el regreso, y por la noche jode mucho al de adelante la luz todo el camino,
dicho sea de paso, igualmente necesitaba dormir ya que al estacionar en
Barcelona tendría que incorporarme a la rutina laboral. Por tanto, se postergó
su lectura.
Papá
Noel trajo consigo un regalo especial, un viaje a Madrid (otra vez) de ida y
vuelta en menos de 48hs. para asistir al concierto de Guasones (que no vinieron
a la Condal), en realidad el protagonista del espectáculo era M-Clan, y los “nuestros”,
teloneros. Da igual, 50 minutos de buen rock tiene su precio, esfuerzo y
gratificación.
Pensando
en estos trayectos guarde un sitio en mis bolsillos para ese “otro” compañero.
A la
ida, mientras el de al lado adiestraba sus oídos a lo que vendría más tarde,
comencé la lectura, agradable, sencilla, bien narrada, en 4 horas ya había
pasado el meridiano de la historia y sus páginas.
Lo bueno
era que cada tanto podía hacer un “break” y comentar algo con el vecino, ya que
se lo había leído en uno de sus periplos por Italia.
La
historia va de un joven (+/-) treinta, escritor freelance, que va de su casa al
trabajo y del trabajo a las birras y de las copas a las mujeres, futbol o
amigos y de ahí a casa.
Este
bucle es transitado tanto por él como por su mejor amigo, Federico, la cuestión
es que éste último se baja de esta rueda, deja todo, se va del piso y se
esfuma, sin rumbo ni aviso.
Al cabo
de unos años (3 o 4), vuelve, cambiado, crecido, madurado, distinto y el protagonista,
se queda absorto escuchando sus historias, su evolución y sobre todo sus
consejos, haciéndose cruces por lo aburrido de su transitar.
Pero
pasa algo, (aquí me haría el misterioso para no lanzar un espoiler, buscaría
palabras para no contar nada, pero no) Federico muere, y Michele (nombre de
hombre para los tanos) se hunde, se siente sin la mitad de él, pero no logra
llorar, el shock es más fuerte de lo pensado.
Las
experiencias del finado, le harán cambiar su forma de ver las cosas, hasta
cambiarlas.
“Un
lugar en el mundo” se llama y lo escribió Fabio Volo, no tiene nada que ver con
la peli Argentina.
Por
supuesto que tengo algo de crítica negativa, hay cosas que por celosía, por
parecerme ficción, o por falta de datos, no me gusta, al igual que Federico se
un nuevo Dios, sin errores, y que no tenga más amigos que uno y se enfrasque
tanto con Francesca, su mina, a lo que agrego que lo que plantea como vida de
pareja en la teoría suena perfecto, pero es un tanto irrealizable.
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