Cinco metros cuadrados
Algo real en lo que cayeron muchos, un garrón. buena
Sorpresa absoluta, no doy nunca un céntimo por el amargo y repetitivo Tejero, que me da más grima que Pablo Motos y eso es muchísimo. Ese acento que no disimula por más que haga de abogado, aburre.
Pero esta vez se pone en la piel de un treintañero que confia sus sueños a una empresa de construcción que le promete su piso en pocos meses, pero al cabo de ese tiempo lo único que consiguen son deudas, depresión, desgano y una linda vivencia en la casa de los suegros, que a su vez son sus máximos acreedores.
Un día deciden visitar la parada obra y se empiezan a dar cuenta que algo va mal, tan mal que estan frenadas. Alli nace el maremoto de inconvenientes burocráticos y los peores, el despotismo de los especuladores. Triste realidad que hoy en día es cotideana.
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PUNTOS: 6 Micks
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