House Of Cards

Otra grandísima temporada que cierra por todo lo alto.
Me deja pensando, toda la serie lo hizo desde que empezó, en que sentirán los yankis al verla, que la ficción ojalá quede en ficción, pero saben que lo que ven es menos que la realidad.
Cada vez que Kevin (o Francis) ha mirado a cámara, ha sido para darte un bofetazo. En capítulos anteriores, te explicaba algo de lo que iba a suceder, de que forma iba a convencer a alguien, o como lograría tal cosa. Ahora te dice: te estoy metiendo el dedo en el orto, además te lo digo, y además no te lo saco.
Así, a la cara.
Porque cada vez que nos mira, esperás que sea cruel pero amable, esta vez no.

Su precidencia se tambalea, y no solo ha tenido que arremangarse y utilizar Kafkianas estrategias para poder salir adelante, como bien muestra la foto, sus manos se han manchado de sangre, mucha sangre, y ojo con la temporada que viene, acaba de bajar el telón de ésta muy furioso.

Nosotros aquí nos quedaremos, repensando algunas escenas y celebrando no ser norteamericano.