La cosa comienza cuando vemos a Matt llegando a Japón y pillando un taxi hacía este bosque tan famoso de los suicidios.
Se interna en él, solo con su gabardina, una botellita de agua y sus gafas.
Encuentra un lugar calmo. Se sienta, da algo el sol, se respira un aire tranquilo, así que reconoce que es un momento idóneo para comenzar a tomarse unas pastillas que saca del bolsillo. A partir de aquí empezarán los flashback que nos irán terminando de formar la peli.
Pero en eso aparece un japonés muy desfigurado que parece vagar errante, sobre todo, perdido, pero con ganas de encontrar una salida que lleva días buscando.
Así que solo con dos pepas en el estómago se pone a ayudar a este buen hombre para luego seguir con lo suyo, pero asi será como se dará cuenta de que no lo tienen fácil para salir.
Un consejo, no la saquen, no la apaguen o no se vayan de la sala hasta el final, la idea concluye muy bien y te quedas con buen sabor!
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Puntos: 5 Micks
- Director
- Gus Van Sant
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