Piedra y fuego, no es mi juego.
Roca y flor, no es mi rol.
Guijarro y mariposa, uno se mueve el otro no.
Luciérnaga en noche sin fin,
no quiero ser tu día.
No tengo intención de ser tu pared,
mucho menos la tierra sin riel,
el camino sin indicación,
el viento que borra los pasos en el desierto.
Quiero ser el agua que la arena de tus
pensamientos humedece para que tus pasos se
marquen. Esa imagen de tiempo es la que se
me genera más congruente.
Me quedo con la luz de los momentos,
me guardo la serenidad que me da tu
compañía, tranquilidad no es un insulto.
Esto último sería no quererte.
La noche me devuelve tu nombre una y otra vez.
Sigo en el deseo. Absorbo de tus ojos las miradas más cómplices.
como melodías en la lectura: Aerie o Sway
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