Tuve un hijo, me olvidé.
Vino mi hermana, lo pasamos bárbaro, le pagué muchas cosas, y al irse dejó escondido: 100 dólares.
La cantidad era exacta y a mi me sonaba de algo, era marzo, no sabía si todavía podría conseguir un bono. Casualidades de la vida, cerraba la inscripción 2 días despues de la apenada partida de mi hermana.
Lo compré.
Me metí, como pensando que no iba a ser tan interesante el proyecto, quiero decir, lo era, pero que no íbamos a participar tanto, como pasó con la revista Orsai, al principio, si no eras dealer, solo podías hacer comentarios en el blog, y si eras de los primeros compradores aparecía tu nombre o tu foto en el interior de la portada, y nada más.
Ésto es totalmente diferente, hay podcast, te cuentan todo, hay conexiones en streaming, los socios aportan, se les escucha, pasan cosas, se generan otras.
Así que tuve que comprarme el libro porque llegó un punto en que me hacían bastante spoiler de la historia.
El libro está muy bien, es muy veloz y cercano. Va sobre una crisis de los 40 (Ufff, Suerte que me falta un año, porque por lo visto es un garrón), sobre un amor pasajero (o calentura) y un enfoque de ese presente que vive el personaje principal. Interesante, no comulgo mucho con él, me parece bastante gil, pero me entretuvo el relato, y obviamente me hizo pensar mucho, y eso es bueno.
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