Había pasado más de un mes del temporal que poco nos dejo disfrutar de San Sebastián, el día era el indicado, yo volvía de
Inglés y la que podemos llamar "la sorpresa más grande de mi vida", aterrizaba.
Como desmereciendo tal colorido cuadro, un furtivo viaje a Italia nos distanciaría unos días, estoica paciencia recompensada con un perrito que da más pena que alegría.
El sumun de la conexión la lográbamos por UK, con una apacible, y mágica Liverpool que puso todo de si (un sol impresionante por la época), cosa que mi equipo no (una noche que aun sigue en pie).
Sobre esa oscuridad, toda la vida había pensado el que hacer si ese día llegaba, llego y levante una sidra en su memoria, la situación es una medida dolosamente correctiva, pero todo el que se hunde luego sale a flote (vivo o no).
Pasaron películas, juegos, tardes, mates, fotos, sueños y proyectos.
La mirada se situaba sobre la espalda, un crack se había oído, parecía poco y no termino siéndolo, de todo se aprende y se saca lecciones.
Paciencia, replaneamiento, amor y sol han sido de los mejores medicamentos.
Llegaron 20 regalos, pero no tantas velas. Siempre quedan deudas para pagarlas.
Bailamos como vándalos, descubrimos como "vagabundos", disfrutamos como ni tú ni yo ni tú ni yo,y nos despedimos de un bicho que encandilaba como una serpiente.
Nuestras vacaciones soleadas fueron como siempre nuevas, rodamos, cruzamos de punta a punta, fuimos en barco, lancha, kayak, avión, moto, coche, nadando, buceando, caminando, corriendo, de mochila,
Comimos, bebimos, nos regalamos, nos envolvimos y nos vimos otra vez a los ojos.
Llego rápidamente octubre, la rehabilitación en mente y poco más.
Noviembre acompañado, la pareja isleña toco mi paraje. Cumpleaños feliz. Y mi deseo mojado!
Diciembre nos chafo los planes, pobre, el mes no tiene la culpa sino, los controladores y su afán por querer mas, y que les quiten menos, dejando en tierra además de sueños, esperanzas y proyectos, moral, ganas y rabia de los que menos tenemos y nos quitan más.
Ese finde, otra vez receptores, fuimos visitados por el argentino que se siente de Sabadell y la alemana
que habla argentino, ambos desde Madrid.
Pocos días más tarde desembarcaría el vuelo romano y su emperador, semana caótica, pero bonita, teatro, cenas y muchas charlas. En el arbolito se encontraba el Carpo, un buen pibe como nosotros, de alla del interior (diría Fito, que tambien se presento el año 10 del 2000).
Pepo no quería dejar pasar esos últimos días para abrazarnos y así lo hicimos hasta que dieron las 12.
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