Realmente se nota el paso del tiempo, aunque digan que no, es asi.
En todos los aspectos, en el amor, en la juventud, en los libros y en las pelis, entre otras miles de cosas que deben sufrir este factor.
Malas calles (Mean Streets) del genio Scorsese, que muestra unas camaras geniales, a hombro, casi siguiendo a los personajes o esa representación de extasis que produce el alcohol y su mareo, también deja plasmado ese juego entre las imagenes y las canciones escogidas para las escenas. Un ejemplo claro de esto es el momento en que entra Johnny Boy (Robert De Niro) con dos minas.
Pero la violencia de este film, hoy, da risa. Son cachetadas de payasos, golpes de titanes en el ring, balas de gominolas. Sobra celuloide para estos tiempos de culos inquietos.
En "Mi mejor amigo" (Mon meilleur...) Daniel se pone en la piel de un soltero, meticuloso hasta la histeria, que se encuentra ante el desafio de unos colegas de presentar un amigo, ya que lo hacen demasiado solitario.
De casualidad encuentra en un taxista a ese compañero que le puede salvar la apuesta. Pero del roce, realmente crece esa amistad, que hace que cambien muchos de sus puntos de vista.
"El mismo amor, la misma lluvia" nos adentra en una historia de amor y de derrota, de destinos, de decisiones y consecuencias, en una historia de historias como siempre suele hacer Campanella (Director) y esas dan una fuerza a otros personajes no protagonistas que terminan siendo tan indispensables como los primeros. Darin, en su linea.
