un mes después,
todavía entro a casa y lo huelo,
enciendo la luz y a mis ojos
le vienen aquellos colores
cierro la puerta, y sin pisar
pétalos llego al pulmón,
miro las paredes y aun encarcelan
algún tímido globo que combate por
no perder más aire.
sobre los ángulos descansan guirnaldas
que no se duermen
y bajo mi sol, sobrevive una esfera que
aun ilumina más.
voy a la cortina, el sueño ya paso,
pero encuentro pequeños detalles,
como trocitos de aliento,
miro tras el Golem, y el calidoscopio
sigue ahi. de vez en cuando, tu no estas
y mi mirada se pierde entre esos cristales.
dejo la mochila, me encanta llevarla
sobre mis hombros muchas veces, y pienso
que en realidad fue la sorpresa más grande
de mi vida, recuerdo como me quede un rato
mirando a mi alrededor,
disfrutando, leyendo, tocando pececillos,
peinando un corazón con mensaje,
recuerdo como vi aquel mantel negro
perder oscuridad,
realmente al llamarte encontré que fue
delicioso que aguantaras al otro lado de las
calles.
hace un mes de eso, y se que esta noche
volverá a pasar.
a veces los bucles se tornan exquisitos.
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